Artículo muy interesante sobre la misión realizada por la Jefatura de Servicios Técnicos y de Sistemas de Información y Comunicaciones (JSTCIS) en Afganistán.
El artículo aparece en la
página web del Ejército del Aire Español. Los únicos cambios que he hecho son los negritas que he colocado para resaltar algunas cosas que creo muy interesantes del mismo.
El primer apoyo de Comunicaciones e Informática a Herat
Autor: Comandante Federico Juste de Santa AnaNormalmente, en la JSTCIS estamos acostumbrados a prestar apoyos en el área CIS (Comunicaciones e Informática) a las Unidades que nos lo solicitan. Pero esta vez era diferente, el apoyo lo había pedido la FSB de Herat, la Unidad más lejana, con más riesgo y con los sistemas CIS más variados y complejos. A estas circunstancias había que añadir que las comunicaciones en una Base de estas características constituyen el elemento vital a la hora de contactar tanto con Territorio Nacional como con las Unidades propias en Zona de Operaciones.
La misión que teníamos que cumplir no era sencilla, los equipos que se habían instalado cuando se creó la FSB habían sido dimensionados para dar servicio a un pequeño destacamento y no eran suficientes para absorber los sucesivos incrementos de tropas y servicios que se habían producido. Por otro lado, dichos equipos habían estado operando de forma continuada en un clima extremo; frío, calor, arena, nieve... , lo que había producido importantes averías en la mayor parte de ellos.
Debíamos pues, por un lado, reparar los equipos CIS averiados y por otro realizar un estudio para diseñar la nueva configuración CIS que la Base requería de acuerdo con las nuevas necesidades.
Cuando nos llegó la petición, con el apoyo del GRUTRA y el CIGES - dos de las principales unidades CIS del EA - estudiamos la situación, analizamos las posibles soluciones e iniciamos el planeamiento para enviar a Herat una comisión de personal CIS que pudiera solventar todos los problemas.
Seleccionamos a los mejores especialistas en cada área, quince en total, y preparamos el material que necesitaríamos para reparar y sustituir los equipos averiados. Tras coordinar el transporte a Afganistán, a finales de febrero de 2007 nos trasladamos a Zona de Operaciones.
El primer imprevisto con el que nos encontramos se produjo nada más llegar a la FSB, cuando nos informaron que, por un cambio de prioridades, los 400 kilos de herramientas y de equipos de medida que íbamos a necesitar, no habían podido salir de Torrejón y lo peor era que no nos podían garantizar cuando iban a llegar. Nosotros teníamos fijada una fecha de regreso a España y no la podíamos retrasar, por otro lado tampoco podíamos regresar sin cumplir la misión, por lo que sin más dilación nos pusimos manos a la obra. Lo primero que hicimos fue buscar herramientas y materiales que nos fueran útiles por las dependencias de la FSB y después iniciamos las reparaciones. Fue curiosa la vez que, ante la necesidad de tubo corrugado, vimos una madeja de este material junto a las tiendas de campaña del campamento italiano; al no divisar cerca a nadie a quien poder pedírsela, di la orden de que consiguieran un vehículo y cargaran la madeja. A los pocos minutos el soldado que con el vehículo la estaba cargando me llamó por radio para decirme que había un italiano que movía mucho los brazos y le estaba llamando “ladrón, ladrón” de forma exaltada. Obviamente le dije que dejara el material donde estaba. Lo curioso fue que al dejar la madeja, el italiano le dijo, ya más relajado, “no, no, tranquilo, que todo tiene un precio”.
Fueron días duros que transcurrían con jornadas de 11 horas de trabajo. Hacía frío y como la FSB estaba llena con los relevos, nos alojábamos en tiendas de campaña, lo que “ayudo” a que varios miembros de la comisión tuvieran que pasar algunos días por el ROLE 2.
Cuando sólo faltaban dos días para el regreso me confirmaron que los equipos que estábamos esperando llegarían en el mismo avión en que teníamos que regresar. A esas alturas de la misión ya habíamos conseguido reparar casi todas las averías y recogido los datos necesarios para realizar el planeamiento del los nuevos equipos CIS que deberían instalarse en la FSB. Lo único que no habíamos podido solventar era el problema del HF.
El HF era el único sistema que tenían nuestros helicópteros HD 21 para comunicar en vuelo con la FSB, ya que tanto los equipos de radio de UHF y de VHF sólo eran eficaces en la línea de visión y el HF- al emitir ondas que rebotan en la ionosfera- permitía tener cobertura entre las montañas, donde habitualmente realizaban las bajas cotas los helicópteros de HELISAF.
Cuando llegamos a la FSB había dos emisoras de HF, pero las dos estaban averiadas, por lo que nuestros pilotos volaban sin poder comunicarse con la Base hasta que regresaban de sus misiones.
Tras consultar con Madrid la situación y exponer que los equipos y herramientas para el HF llegaban en el avión en que teníamos que regresar, me confirmaron la orden de no volver sin haber resuelto este problema.
Ante esta situación decidí que el Teniente con los nueve miembros de la Comisión - que ya habían concluido sus cometidos - volverían a Manás en el Hércules previsto; allí esperarían un día y desde allí volverían a España en ese mismo avión. Los cuatro especialistas en HF y yo nos quedaríamos y saldríamos para Manas en un T-21 en cuanto el HF estuviera operativo. Si conseguíamos llegar antes de que el Hércules despegara de Manas rumbo a Madrid, volveríamos con ellos, si no ya buscaríamos alguna otra forma de regresar.
De acuerdo pues, con los planes, cuando llegó el Hércules a Herat con los equipos, los bajamos rápidamente y el grueso de la comisión embarcó rumbo a Manás. Los cuatro que nos habíamos quedado nos pusimos a trabajar contrarreloj y tras varias horas de intensa actividad, el HF empezó a funcionar. Solicitamos entonces a los helicópteros que realizaran un vuelo de comprobación hasta el punto más lejano de su zona de responsabilidad y así poder confirmar el alcance real de la radio. Todavía recuerdo la cara del Jefe de HELISAF cuando le dije que el vuelo era necesario y que sin él no podríamos saber con certeza si el equipo estaba bien. Él me recordó que estábamos en Afganistán, zona hostil, máxime hacia donde tenían que volar los helicópteros; no obstante, él también sabía que no podíamos esperar a una misión real para realizar las pruebas.
Despegaron pues los dos helicópteros rumbo a Farah: Durante el vuelo, desde la emisora íbamos chequeando la ruta, comunicando cada 5 minutos con los pilotos. Las comunicaciones funcionaban perfectamente. A la hora y cuarto de vuelo, escuchamos la voz del Jefe de HELISAF informando que estaba tomando en Farah y que se escuchaba cinco por cinco. La misión había sido cumplida.
Rápidamente me fui a ver al Jefe de la FSB para informarle del éxito, mientras los demás iban recogiendo los equipos, entregaban el armamento y se dirigían al avión. La tripulación del T-21 nos estaba esperando. Cuando entramos en pista, ya de noche, pudimos ver dos grandes sombras que llegaban al aparcamiento, eran los helicópteros que regresaban de Farah.
El vuelo en el T- 21 fue un poco largo, durante el tiempo que sobrevolamos territorio afgano íbamos totalmente a oscuras y sin las divisas del uniforme por si acaso hubiera que hacer un aterrizaje de emergencia en zona hostil.
Llegamos a Manas sobre la una de la mañana y allí nos esperaba el Jefe de Mizar , quien nos facilitó alojamiento, nos informó que el resto de la Comisión estaba bien y que al amanecer despegaría el Hércules para España vía Estambul.
A la hora prevista, nos levantamos, desayunamos y nos fuimos al avión, tras despedirnos del personal de Manás, el Hércules despegó y una vez en línea de vuelo, aproveché para da una cabezada. A los pocos minutos, el Sargento que estaba a mi lado, me despertó y me dijo “Mi Comandante, volvemos a Manás, el Hércules tiene un problema”. Yo pensé que sería una broma, pero pude ver como los rayos de sol que entraban por las ventanas comenzaban a moverse, señal inequívoca de que estábamos girando. El problema era una grieta en un cristal de la cabina, por lo que había que volver a Manás para repararlo.
Al llegar a Manás, nos confirmaron que el avión tardaría una semana en estar operativo. Llamé a Madrid y, tras informar del imprevisto, se me ordenó que volviera con toda la Comisión vía comercial lo antes posible.
Conseguir, sin haberlo planeado previamente, alojamiento en un Hotel para quince personas y los billetes de regreso a España no fue demasiado difícil comparado con lo complicado que fue conseguir salir del país y llegar a España pasando por Londres, pero eso es otra historia….