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domingo, 1 de mayo de 2011

¿Hasta dónde estás dispuesto a respetar a tu jefe?

Fuente: Revista Emprendedores - Enero 2011
Historias (casi) reales

El teclado americano
Cuando la persona ante la que respondes en el trabajo demuestra que no está capacitada para estar por encima (profesionalmente) de ti, no tiene más remedio que... demostrar que no te has dado cuenta.

Vamos a hacer un ejercicio de empresa–ficción.Imagina que trabajas en una micropyme. Imagina que tu jefe te llama a su despacho. Imagina que es un jefe paternalista, pero al que respetas porque por sus contactos y su forma de tratar a los clientes, el negocio funciona. Imagina ahora que un buen día sustituís los ordenadores de mesa por ordenadores portátiles. Imagina que tu jefe te llama a su despacho. Imagina que te dice que es algo urgente. Imagina que llegas al despacho de tu jefe y que te pide que te sientes. Imagina que te pregunta si estás contento con tu nuevo ordenador portátil. Imagina que le dices que sí, que es una buena solución ya que viajáis tanto y dado que no tenéis más remedio que llevaros el trabajo a casa. Imagina ahora que te pregunta si has notado algo raro en el teclado. Imagina que te dice que te levantes y que mires su teclado y que te vuelve a preguntar si ves algo raro. Imagina que te levantas, miras el teclado, no notas nada raro y que se lo dices.

Ahora, imagina que te pregunta si el tuyo es igual. Imagina que te pide que vayas a tu despacho a por el tuyo y que lo traigas para comparar. Imagina que te vas a tu despacho, intrigado, y que coges tu portátil y regresas al despacho de tu jefe. Imagina que ponéis los dos ordenadores juntos. Imagina que él te dice: “¿Lo ves?”. Imagina ahora que te dice que no entiende por qué se han encargado los portátiles con un teclado americano. Imagina que pones cara de pero–qué–me–estás–diciendo y dices: “¿Americano?”. Imagina que te dice: “¡Pero no ves cómo están repartidas las teclas! No siguen el abecedario. Debería empezar por la A, no por la Q. Y a la A debería seguirle la B”. Imagina que te quedas pálido. Imagina que te das cuenta en ese preciso instante de que en los dos años que llevas en la empresa tu jefe nunca ha tenido su ordenador encendido.

Si no le das la razón a tu jefe y le corriges, le dejas en evidencia y estás demostrando:
A) Que tu jefe es idiota.
B) Que a partir de ahora no le vas a respetar.
C) Que puesto que le acabas de dejar en evidencia, pasas a ser alguien ‘peligroso’. Podrías compartir esa información con el resto de tus compañeros...

Ahora bien, si mientes, le das razón y tejes una mentira del estilo: “Ah, ya sé a lo que te refi eres. Ahora los hacen ya todos así. Antes podías elegir con los antiguos modelos SI de Compaq y con todos los modelos HP anteriores a la serie CL”. Por supuesto ninguno de estos modelos existe (SI quiere decir: ¿Serás idiota?; y CL quiere decir: Champions League), la cosa cambia. ¿Y tú? ¿Qué harías?

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